FORMACIÓN CONTINUA
El aprendizaje a lo largo de toda la vida es fundamental para adquirir las claves de un envejecimiento de calidad.
“Aunque el envejecimiento y la longevidad se ven afectados por factores genéticos, la calidad de nuestro propio envejecimiento se ve fuertemente afectada por seguir unas pocas reglas simples, como vigilar nuestro peso y cintura, comer una dieta saludable, hacer ejercicio regularmente y mantener un papel activo en la sociedad”(Luigi Ferrucci, M.D, Ph. D.Jefe de Sección de Estudios Longitudinales de la NIA y director del Estudio Longitudinal de Baltimore sobre Envejecimiento, BLSA).
La labor de acceso a conocimientos multidisciplinares en las personas mayores con el objetivo de capacitarlos para la toma de sus propias decisiones en los variadísimos campos que afectan a este periodo vital, trae la consecuencia científicamente demostrada, de formar ciudadanos dotados de las herramientas idóneas para la consecución de estos fines.
Un estilo de vida saludable, incluyendo ejercicio físico regular, se cree generalmente que mejora la función cognitiva y mejora la neurogénesis. Tales efectos inducidos por el ejercicio físico están asociados con una mayor expresión cerebral de factores neurotróficos y de crecimiento.
La investigación sobre la plasticidad cerebral ha demostrado que el cerebro continúa desarrollando nuevas neuronas durante toda la vida en respuesta a la actividad mental, lo que significa que la función cognitiva puede mejorar, independientemente de su edad, y por lo tanto, el deterioro cognitivo puede ser revertido.1
La adopción de un estilo de vida que contenga un patrón alimentario saludable (cuyo máximo exponente es la dieta mediterránea), actividad física regular y adaptada a las circunstancias de cada persona y una notable actividad mental contribuyen a una adecuada reserva cognitiva
¿Qué es la reserva cognitiva?
La reserva cognitiva es la capacidad de minimizar el deterioro mental asociado a la edad cuyo caso extremo es la enfermedad de Alzheimer.
Se adquiere ejercitando el cerebro a partir de hábitos nutricionales, físicos y mentales saludables.
Actividad física
El ejercicio induce respuestas beneficiosas en el cerebro, que se acompaña de un aumento en el BDNF, un factor trófico asociado con la mejora cognitiva y el alivio de la depresión y la ansiedad.2
Los resultados revelan un mecanismo endógeno para explicar cómo el ejercicio físico conduce a la inducción de BDNF.
Actividad intelectual
Existe una relación estrecha entre reserva cognitiva y actividades que requieren atención y funciones ejecutivas .El lenguaje fluido, el comportamiento espontáneo constituyen una significativa contribución a la reserva cognitiva.
Alta ocupación cognitiva previene depósitos de beta amiloide.3
Actividades estimulantes social, física y mentalmente retrasan la aparición de demencias.4
La densidad de ideas es un marcador de reserva cognitiva incluso a edades avanzadas. Es correlativo con la habilidad lingüística.5
Dieta mediterránea
El patrón alimentario de la dieta mediterránea posee elementos con propiedades antioxidantes que reducen el estrés oxidativo, una de las causas del envejecimiento, así como se ha demostrado una relación con la preservación de la longitud de los telómeros de ADN, otra de las razones de la senescencia celular. Estas propiedades antienvejecimiento tienen sus consecuencias en todos los sistemas orgánicos y especialmente en el sistema nervioso. Es decir que la dieta mediterránea coadyuva a mantener un cerebro sano.6,7,8,9
Educación, ejercicio físico, nutrición e inquietud social e intelectual pueden promover un cerebro sano y alta reserva cognitiva.
Hipertensión, obesidad, depresión, tabaco, diabetes y enfermedad cardíaca predisponen a Alzheimer.
Por tanto puede decirse que la nutrición, la actividad física y la actividad intelectual constituyen los tres pilares en los que se basa un envejecimiento activo y saludable tal como señala el profesor Petrucci del BLSA, sin olvidar el aspecto de interacción con el entorno social en el que se desarrolla la vida de cada individuo.
Es lógico que, atendiendo a estos criterios AGM centre sus acciones formativas de aprendizaje a lo largo de toda la vida en estos tres factores fundamentales y en las relaciones con el entorno social que interacciona con las personas y que también es determinante en la estrategia de un envejecimiento de calidad.
Históricamente la Asociación Gerontológica del Mediterráneo ha estado estrechamente ligada a la Universidad Permanente por ser docentes de esa institución muchos de los miembros de AGM, pero especialmente porque la actual secretaria científica de AGM, Concepción Bru Ronda ha sido durante 18 años directora de esta Universidad.
Esto ha propiciado que durante muchos años (entre 2007 y 2016) AGM a través de sus miembros haya participado en mayor o menor medida en proyectos europeos de aprendizaje a lo largo de la vida. Estos proyectos proveen de herramientas educativas a las personas mayores para capacitar a éstos a tomar decisiones sobre su propia salud y sus hábitos de vida.
En esta sección seguiremos con la labor de capacitación de los mayores y de todas aquellas personas que deseen tener un envejecimiento con éxito haciendo hincapié en los tres pilares citados y el entorno social en el que se desenvuelven, sin abandonar todas aquellas cuestiones relacionadas que puedan ayudar al objetivo de formar, informar y educar en pautas de envejecimiento activo y saludable en sus dimensiones biológica, psicológica y social.
Documentos de formación
Recursos II Simposio internacional mayores: Turismo y salud en alicante
Recursos sobre el II Simposio internacional mayores: Turismo y salud en alicante.
Ciudades amigables con los mayores
Proyecto «Ciudades Amigables con los Mayores»
Dieta y envejecimiento
Serie: Alimentación y nutrición
Formación continua para mejorar tu calidad de vida
Espacio formativo y experiencial en prácticas de envejecimiento activo y saludable orientado a aumentar la calidad de vida de las personas mayores.