Por Alfonso Soler Gomis
El organismo humano es un sistema complejo que interacciona consigo mismo y con el medio que le rodea por tratarse de un sistema abierto.
La complejidad puede definirse como un estado que se encuentra entre el orden y el caos, concebidos éstos como situaciones extremas. Henri Atlan usa la metáfora “entre el cristal y el humo”1
El envejecimiento es un proceso común a los seres vivos que se inicia en etapas tempranas y que le acompaña hasta el fin de sus días.
Este proceso se basa precisamente en los cambios que se producen con el tiempo en un sistema dinámico y abierto (ejemplo: el organismo humano). En efecto, los sistemas biológicos son, por definición, sistemas abiertos que operan en condiciones alejadas de equilibrio termodinámico, con muchas y fuertes interacciones no lineales entre sus numerosos elementos.
De las características complejas de un proceso universal del ser vivo como es el de envejecimiento, cabe deducir que no se puede alcanzar un conocimiento significativo sin atravesar fronteras disciplinarias.
Es desde la complejidad desde donde se pueden vislumbrar ciertos atisbos de comprensión de este proceso, que se halla incardinado dentro del proceso vital, imposible de definir únicamente desde la Biología, la Neurología, la Psicología o la Sociología, ya que se trataría de una definición acotada a una perspectiva, y por tanto limitada.
“El conocimiento avanza por las costuras de sus disciplinas”.
Jorge Wagensberg
“Consiliencia es la disposición por la voluntad de unir los conocimientos y la información de distintas disciplinas para crear un marco unificado de entendimiento.”
Comprender el proceso de envejecimiento supone ser un “investigador nómada” acepción de Benoït Mandelbrot padre de los fractales y de la teoría del caos.
“Los raros investigadores que son nómadas por elección, resultan esenciales para el bienestar intelectual de las disciplinas establecidas”
Benoit Mandelbrot
Como afirma Jorge Wagensberg2:
“En el fondo toda comprensión procede de alguna clase de diferencia detectada cerca de alguna clase de frontera y cuando una nueva comprensión se consagra entonces la frontera se redibuja para integrar la innovación en su seno”.
El enfoque holístico imprescindible para una comprensión de la naturaleza humana (donde se incluye su envejecimiento) es reciente. El retraso en el convencimiento de que la conducta humana podía ser regulada por leyes y comprendida según el método científico fue, entre otras causas por la existencia de movimientos como el materialismo, corriente reduccionista que preconizaba que la mente era un subproducto de la actividad del cuerpo
En el siglo XIX Thomas Huxley denominado “el bulldog de Darwin” por su defensa sin matices a la teoría de la evolución afirmó: “el hombre es una máquina”
En el siglo XXI todavía el ser humano se presenta como una máquina química, glandular y eléctrica, predestinada y que funciona mediante el instrumental de células y genes3. Se deducía que si el ser humano era una máquina, no se tenía la necesidad de crear ciencias independientes dedicadas a comprender las actividades humanas, mentales y sociales.
A finales del siglo XIX se produjo una reacción contra el reduccionismo con la aparición de la Psicología, la Antropología y la Sociología, y una cierta revuelta contra la Biología, que se decía que no podía explicar el funcionamiento de las sociedades y culturas humanas, hasta que se fue produciendo la imprescindible “normalización” de la relación entre disciplinas mediante la exploración, por parte de “investigadores nómadas”, de sus fronteras hasta llegar a la conclusión de la necesidad de un enfoque interdisciplinar de la naturaleza humana4
En este sentido Pinker afirma:
“Como se ha visto, las corrientes reduccionistas ofrecen una visión de la naturaleza del ser humano muy limitada. Es fundamental, tal y como se inició en el siglo XIX, dar carta de naturaleza a las Ciencias Humanas para una interpretación holística de dicha naturaleza, sin rechazo de las Ciencias Biológicas.
Es imprescindible la visión interdisciplinar a través de tender puentes entre la biología y la cultura5”.
El último muro en caer es el que dividía la materia de la mente, lo material de lo individual, lo material de lo espiritual, la naturaleza de la sociedad, las ciencias biológicas de las sociales, las humanidades y las artes, la biología de la cultura.
Nuevas ideas provenientes de las distintas fronteras del conocimiento abrieron la nueva interpretación de la naturaleza humana y por ende, la de un proceso tan importante de dicha naturaleza como es la del envejecimiento donde la interdisciplinariedad es la base fundamental de su conocimiento integral.
Referencias bibliográficas:
1.- Entre el cristal y el humo. Henri Atlan.1990.Debate.
2.- El pensador intruso .Jorge Wagensberg. 2014 Metatemas. Tusquets.
3.- Del amanecer a la decadencia. Quinientos años de vida cultural en Occidente (de 1500 a nuestros días. Jacques Barzun. 2008.Taurus.
4.-Panorama general de la ciencia moderna. Peter J. Bowler; Iwan Rhys Morus.2007.Crítica.
5.- La tabla rasa. La negación moderna de la naturaleza humana. Steven Pinker2012.Paidós Transiciones